Sé que estuve un poco alejada este mes, pero al menos ahora vengo con algo especial entre manos, algo que vengo planeando hace un tiempo, últimamente estoy trabajando en historias un poco más extensas de lo normal y para no cansarlos decidí subirlos de a poco, algo así como en capítulos. Asique les traigo mi primera historia dividida en entregas.
Para estrenar esta modalidad decidí usar uno de mis disparadores creativos, aunque no puedo decirles cuál porque les arruinaría el final de esta historia.
No quiero hartarlos de preámbulos, pero sí necesitan saber una cosa. Esta historia no es una historia de amor como se podría sospechar, sólo les pido que sigan leyendo la próxima entrega para entender. Espero que les guste!!
Cacería
Era
muy entrada la noche, el cielo parecía tan negro que se fundía con el horizonte
lejano.
Estaba a unos
kilómetros de la ciudad, en el medio de la
nada, y la única luz provenía de la
luna llena, que se erguía en lo alto del cielo. Él corría por la carretera y
sus zapatos hacían ruido al golpear el pavimento. Estaba sudando tanto que las
gotas le escurrían por los ojos, pero extrañamente sentía el cuerpo helado. Le
dolía todo, puesto que su estado físico nunca hacía sido su mayor cualidad,
pero no se podía detener. ¿Verdad? Porque si se detenía quien sabe qué pasaría,
pero también tenía en la cabeza otra pregunta, ¿qué haría al llegar? ¿Iría con
la policía? Pero ella tenía razón, ¿quién le creería? No tenía idea de lo que
haría al llegar, lo único que sabía es que no podía detenerse asique solo
siguió corriendo a la luz de la luna, esperando despertar de una horrible
pesadilla.
Su
nombre era Alicia y era nueva en la ciudad, como es de esperarse toda la ciudad
estaba más que intrigada con aquella peculiar jovencita. Sus padres habían
comprado una casa al otro lado de la colina, muy alejado de tumulto, quizás era
esa la razón por la cual nunca nadie los había conocido, sólo conocían a la
revoltosa Alicia y eso era todo. En una ciudad tan pequeña y aburrida como ésta, la nueva familia misteriosa llamó mucho la atención.
Sin duda ella
destacaba entre el tumulto de gente ordinaria, su cabello largo negro como el azabache, sus ojos todos pintarrajeados del mismo color, sus orejas repetidamente perforadas, esas ruidosas botas de tacón, y peor aún
esas escandalosas pulseras que llevaba en ambas muñecas, pulseras de cadenas
gruesas llenas de pequeños dijes de todas las formas y colores que resonaban
como cascabeles cuando ella caminaba.
Por supuesto que Victor estaba asombrado con
ella, él siempre había llevado una vida aburrida, cumpliendo todos sus deberes
como se supone, haciéndole caso a sus padres, y siempre portándose como “el
jovencito que debía ser”, al menos esas eran las palabras de su madre, entonces
cuando la extraña y misteriosa chica llegó el sólo quedó embobado. Ella
representaba toda la rebeldía y libertad que él siempre había añorado y se moría
por una probada de esa vida. Aunque claro también estaba el factor edad, él
había cumplido los diecisiete hacía poco y su mejor amigo ya tenía novia, una
jovencita muy bonita y amable. Él veía lo feliz que su amigo estaba y no podía
evitar sentir un poco de envidia, tenía la ilusión de que Alicia llenara ese
lugar en su vida. Pero sabía que ella nunca le prestaría atención a una chico
tan común como él, ella seguramente solía estar con chicos que se pintan de
negro los ojos y andan en su motocicleta poderosa, también negra asique sólo le
limitó a mirarla en los pasillos de la escuela, con ese estrepitoso ruido que
hacían sus pulseras al caminar.
Él nunca creyó tener
una oportunidad con ella, y por eso se asombró tanto cuando un día a la salida ella se acercó con una sonrisa
seductora en su rostro y entabló conversación. O más bien “conversación”, ella
fue muy directa, se paró a su lado y se apoyó en la pared con los brazos
cruzados sobre su pecho.